viernes, mayo 20, 2005

Palabras pronunciadas por el Presidente Fidel Castro Ruz, en la Tribuna Antimperialista "José Martí", el 20 de mayo de 2005.

(Versiones Taquigráficas - Consejo de Estado)

Queridos compatriotas:

Lo que de inmediato les leeré ha sido elaborado a partir de numerosos documentos de archivo. He dispuesto para ello de brevísimo tiempo y contando con la colaboración de varios compañeros, ya que prometí ayer tenerlo listo para hoy a las 6:00 de la tarde. Opté por titularlo:

"LA CONDUCTA DIFERENTE"

12 de abril de 1997: Explota una bomba en la discoteca "Aché" del hotel Meliá Cohíba. Era la primera acción de la serie de atentados terroristas contra los hoteles ejecutada por la red montada en Centroamérica por Luis Posada Carriles y financiada por la Fundación Nacional Cubano Americana.

30 de abril de 1997: Fuerzas especializadas del Ministerio del Interior logran desactivar una carga explosiva descubierta en el piso 15 del Hotel Meliá Cohíba.

12 de julio de 1997: Se producen dos explosiones casi simultáneas en los hoteles Capri y Nacional. Cuatro personas resultaron heridas.

4 de agosto de 1997: Explosión terrorista en el hotel Meliá Cohíba.

11 de agosto de 1997: La Junta de Directores de la Fundación Nacional Cubano Americana publica un mensaje triunfalista y cínico presentando textualmente las bombas en los hoteles como "incidentes de rebeldía interna que durante las últimas semanas se vienen sucediendo a través de la Isla" y que "La Fundación Nacional Cubano Americana […] respalda sin ambages ni reparos" tales actos.

4 de septiembre de 1997: Explosiones en los hoteles Copacabana, Chateau y Tritón, y en La Bodeguita del Medio. En el primero muere el joven turista italiano Fabio di Celmo.

A partir de los actos terroristas perpetrados desde el 17 de octubre de 1992 hasta el 30 de abril de 1997, se había confeccionado una lista de 13 graves actos de esta índole, cometidos especialmente contra instalaciones turísticas, financiados casi en su totalidad por la Fundación Nacional Cubano Americana, y se elaboró un informe que se hizo llegar al Presidente de Estados Unidos a través de una destacada personalidad política que a principios de mayo realizó una visita privada a Cuba.

Sobre tales hechos se habían enviado igualmente numerosas notas al gobierno de Estados Unidos a través de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana (SINA).

1º de octubre de 1997: A las 11:00 p.m. se produce una llamada al MINREX de Michael Kozak, Jefe de la SINA, para trasladar información procedente de un tercer país que indicaba que podía tener lugar otro atentado con bomba en una instalación turística de la localidad de la Habana, los días primero o 2 de octubre, dentro de las próximas 24 horas, que no podían dar por confirmada esa información, pero deseaban que la conociéramos.

2 de octubre de 1997: En horas de la mañana, fue citado al MINREX el Jefe de la SINA para precisar detalles sobre la anterior información y agradecer oficialmente la comunicación.

5 de octubre de 1997: Se citó al Jefe de la SINA al MINREX para leerle y entregarle una copia del siguiente mensaje:

"Con relación a la información sobre el posible atentado con bomba en una instalación turística de la Habana los días primero y 2 de octubre, deseamos expresarles que aunque no se produjo explosión alguna, se ha podido comprobar que dicha información era rigurosamente exacta, y sus características similares a los planes anteriores.

"Considerando que pueda ser de interés y utilidad para las autoridades norteamericanas, deseamos comunicarle que la fuente que facilitó la misma demostró ser veraz. Se ha actuado con la máxima discreción solicitada. Expresamos nuestro agradecimiento."

El Jefe de la SINA respondió que la información que se le brindaba era útil; que ellos la obtuvieron, pero que no era posible confirmarla pues se trataba de un rumor; que ahora podrían confiar más en la fuente; que viajaría a Washington el siguiente domingo y que llevaría esa información que considera positiva; que si obtuvieran más de esta fuente sabrían cómo actuar; que no habían descubierto nada más en las investigaciones que habían hecho en Estados Unidos, pero que proseguían las mismas en Centroamérica, sobre todo después del artículo publicado por el Miami Herald. Dijo que cualquier información que tenga Cuba y que se pueda aportar a Estados Unidos sería muy útil, y concluyó señalando que "esto era bueno".

7 de marzo de 1998: El Jefe de la SINA pidió ser recibido urgentemente en el MINREX para trasladar información sensible. Dijo que tenía información de una fuente de confiabilidad no determinada de que un grupo de exiliados cubanos tenían planes de realizar un atentado con bomba entre el 7 y el 8 de marzo en Cuba. Que no conocía el lugar, hora y blanco específicos; pero que según la fuente los explosivos ya estaban en Cuba.

9 de marzo de 1998: El Ministro de Relaciones Exteriores recibió al jefe de la SINA y le leyó la siguiente nota:

"En relación con la información ofrecida verbalmente el pasado sábado 7 de marzo sobre planes de atentados terroristas organizados por exiliados cubanos a realizarse posiblemente los días 7 y 8 de este mes, y que ya los explosivos estaban en Cuba, deseamos comunicarles lo siguiente:

"1. Que una vez más se demuestra que las fuentes de información de las autoridades de Estados Unidos sobre estas actividades son absolutamente fidedignas.

"2. Que el pasado miércoles 4 de marzo en horas de la tarde fueron arrestadas dos personas procedentes del exterior y ocupados los explosivos y medios con los que se proponían realizar, bajo promesa de pago en efectivo de una cantidad de dinero por cada bomba, cuatro actos de carácter terrorista similares a los realizados con anterioridad, organizados de la misma forma y con los mismos fines y métodos.

"3. Las autoridades cubanas tratan de reunir la mayor información adicional posible.

"4. Estos hechos criminales son sumamente graves y afectan no sólo a Cuba y a Estados Unidos sino también a otros países de la región. Tenemos el deber de impedir la realización impune de los mismos. Ello no sería difícil si tanto Estados Unidos como Cuba coordinan, a través de los órganos correspondientes, la lucha contra tales acciones. Así se ha hecho en determinados casos de tráfico de drogas con absoluta seriedad y discreción.

"5. Hasta el momento no hemos informado públicamente de estos hechos, mientras realizamos determinadas gestiones e investigaciones, pero no será posible dejar de hacerlos públicos oportunamente.

"6. Agradecemos sinceramente la información suministrada."

Una vez terminada la lectura, la reacción inicial del Jefe de la SINA fue la de ofrecer gracias y felicitaciones a las autoridades cubanas por su eficiencia. Agregaron que si teníamos más información o pistas que se pudieran seguir para determinar quién está apoyando o controlando estas actividades, sería de mucha utilidad que la trasladáramos, pues el Gobierno norteamericano ya tiene tomada una decisión firme de perseguir y aplicar la ley contra quienes sean responsables de estos hechos. Insistió en que ellos todavía no tienen información sobre quién tiene la jefatura de estos hechos, que hay varias personas con historial, pero que no todos viven, trabajan o pasan por Miami, ni siquiera por Estados Unidos; que algunos están en otros países, todo lo cual dificulta las posibilidades de actuar contra ellos; que el Gobierno norteamericano está claro de que estos hechos no son de beneficio para nadie. Un funcionario de la SINA que le acompañaba agregó que les resultó de mucho interés lo planteado por el coronel Rabeiro en la televisión, al mencionar que teníamos grabaciones del salvadoreño en conversaciones telefónicas con Centroamérica, que esta información sería de mucha utilidad, pues facilitaría poder ubicar a los que controlan estas actividades. Agregaron que después de la guerra de Centroamérica quedan muchas personas de extrema derecha en esos países que se involucran en actividades criminales; valoraron mucho la importancia de poder corroborar que la fuente de ellos es confiable, y comprendieron la importancia de colaborar en esta esfera. Al final, insistieron de nuevo en la utilidad de que compartiéramos cualquier información.

18 de abril de 1998: Partiendo de los intercambios positivos relatados y conociendo de un próximo viaje a Estados Unidos del escritor Gabriel García Márquez, ocasión en que se reuniría con William Clinton, lector y simpatizante de sus libros como otras muchas personas en el mundo y con el cual el autor había tenido anteriores contactos, decidí enviarle un mensaje al Presidente de Estados Unidos, que personalmente redacté.

El mensaje abordaba de forma breve y sintética siete temas. Me limitaré a incluir en este informe el primero y más directamente relacionado con los graves acontecimientos que hoy tienen lugar: los actos terroristas organizados y financiados desde Estados Unidos contra el pueblo de Cuba.

Llevaba el siguiente título:

"SÍNTESIS DE LAS PALABRAS EXPRESADAS A GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ QUE PUEDE TRANSMITIR CONFIDENCIALMENTE AL PRESIDENTE CLINTON.

"Punto 1" (textualmente), y sin tachadura alguna:

"Un asunto importante. Se mantienen planes de actividad terrorista contra Cuba, pagados por la Fundación Nacional Cubano Americana y usando mercenarios centroamericanos. Se han realizado ya dos nuevos intentos de hacer estallar bombas en nuestros centros turísticos antes y después de la visita del Papa. En el primer caso, los responsables pudieron escapar, regresando por vía aérea a Centroamérica sin lograr sus propósitos, dejando abandonados los medios técnicos y los explosivos, que fueron ocupados. En el segundo intento, fueron arrestados tres mercenarios, ocupándoseles los explosivos y demás medios. Son de nacionalidad guatemalteca. Por cada una de las cuatro bombas que debían estallar recibirían 1.500 dólares.

"Ambos casos fueron contratados y suministrados por agentes de la red creada por la Fundación Nacional Cubano Americana. Ahora están planeando y dando ya pasos para hacer estallar bombas en aviones de las líneas aéreas cubanas o de otro país que viajen a Cuba trayendo y llevando turistas desde y hacia países latinoamericanos. El método es similar: colocar el dispositivo de pequeño tamaño en lugar oculto del avión, explosivo potente, detonante controlado por reloj digital que puede ser programado hasta con 99 horas de anticipación, abandonar la nave normalmente en el lugar de destino. La explosión se produciría en tierra o en pleno vuelo posterior. Procedimientos verdaderamente diabólicos: mecanismos fáciles de armar, componentes casi imposibles de descubrir, entrenamiento mínimo para su empleo, impunidad casi total. Sumamente peligrosos para las líneas aéreas, instalaciones turísticas o de cualquier otro tipo. Instrumentos utilizables para crímenes y delitos muy graves. Si llegan a divulgarse y conocerse tales posibilidades, pueden convertirse en una epidemia como ocurrió en otros tiempos con los secuestros de aviones. Otros grupos extremistas de origen cubano radicados en Estados Unidos comienzan a moverse en esa dirección.

"Las agencias policiales y de inteligencia de Estados Unidos poseen informaciones fidedignas y suficientes de los principales responsables. Si realmente lo desean, pueden hacer abortar a tiempo esta nueva forma de terrorismo. Imposible frenarla, si Estados Unidos no cumple el elemental deber de combatirla. No se puede dejar la responsabilidad de hacerlo sólo a Cuba, muy pronto podría ser víctima de tales actos cualquier país del mundo."

6 de mayo de 1998: Reunión del Gabo en la Casa Blanca.

INFORME TEXTUAL DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ SOBRE LA MISIÓN SOLICITADA DE HACER LLEGAR EL MENSAJE AL PRESIDENTE CLINTON.

Copia textual sin omitir una sola palabra:

"A fines de marzo, cuando confirmé a la Universidad de Princeton que iría a hacer un taller de literatura desde el 25 de abril, le pedí por teléfono a Bill Richardson que me gestionara una visita privada con el presidente Clinton para hablarle de la situación colombiana. Richardson me pidió que lo llamara una semana antes de mi viaje para darme una respuesta. Días después fui a La Habana en busca de algunos datos que me faltaban para escribir un artículo de prensa sobre la visita del Papa, y en mis conversaciones con Fidel Castro le mencioné la posibilidad de entrevistarme con el presidente Clinton. De allí surgió la idea de que Fidel le mandara un mensaje confidencial sobre un siniestro plan terrorista que Cuba acababa de descubrir, y que podía afectar no sólo a ambos países sino a muchos otros. Él mismo decidió que no fuera una carta personal suya, para no poner a Clinton en el compromiso de contestarle, y prefirió una síntesis escrita de nuestra conversación sobre el complot y sobre otros temas de interés común. Al margen del texto, me sugirió dos preguntas no escritas que yo podría plantear a Clinton si las circunstancias fueran propicias.

"Aquella noche tomé conciencia de que mi viaje a Washington había sufrido un giro imprevisto e importante, y no podía seguir tratándolo como una simple visita personal. Así que no sólo le confirmé a Richardson la fecha de mi llegada, sino que le anuncié por teléfono que llevaba un mensaje urgente para el presidente Clinton. Por respeto al sigilo acordado no le dije por teléfono de quién era —aunque él debió suponerlo— ni le dejé sentir que la demora de la entrega podía ser causa de grandes catástrofes y muertes de inocentes. Su respuesta no llegó durante mi semana en Princeton, y esto me hizo pensar que también la Casa Blanca estaba valorando el hecho de que el motivo de mi primera solicitud había cambiado. Llegué inclusive a pensar que la audiencia no sería acordada.

"Tan pronto como llegué a Washington el viernes primero de mayo, un asistente de Richardson me informó por teléfono que el Presidente no podía recibirme porque estaría en California hasta el miércoles seis, y yo tenía previsto viajar a México un día antes. Me proponían, en cambio, que me reuniera con el director del Consejo Nacional de Seguridad de la Presidencia, Sam Berger, quien podía recibirme el mensaje en nombre del Presidente.

"Mi sospecha maligna fue que se estaban interponiendo condiciones para que el mensaje llegara a los servicios de seguridad pero no a las manos del Presidente. Berger había estado presente en una audiencia que me concedió Clinton en la Oficina Oval de la Casa Blanca, en setiembre de 1997, y sus escasas intervenciones sobre la situación de Cuba no fueron contrarias a las del Presidente, pero tampoco puedo decir que las compartiera sin reservas. Así que no me sentí autorizado para aceptar por mi cuenta y riesgo la alternativa de que Berger me recibiera en vez del Presidente, sobre todo tratándose de un mensaje tan delicado, y que además no era mío. Mi opinión personal era que sólo debía entregarse a Clinton en su mano.

"Lo único que se me ocurrió por lo pronto fue informar a la oficina de Richardson que si el cambio de interlocutor se debía sólo a la ausencia del Presidente, yo podía prolongar mi estancia en Washington hasta que él regresara. Me contestaron que se lo harían saber. Poco después encontré en mi hotel una nota telefónica del embajador James Dobbins, Director para Asuntos Interamericanos del Consejo de Seguridad Nacional (NSC) pero me pareció mejor no darla por recibida mientras se tramitaba mi propuesta de esperar el regreso del Presidente.

"No tenía prisa. Había escrito más de veinte páginas servibles de mis memorias en el campus idílico de Princeton, y el ritmo no había decaído en la alcoba impersonal del hotel de Washington, donde llegué a escribir hasta diez horas diarias. Sin embargo, aunque no me lo confesara, la verdadera razón del encierro era la custodia del mensaje guardado en la caja de seguridad. En el aeropuerto de México había perdido un abrigo por estar pendiente al mismo tiempo de la computadora portátil, el maletín donde llevaba los borradores y los disquetes del libro en curso, y el original sin copia del mensaje. La sola idea de perderlo me causó un escalofrío de pánico, no tanto por la pérdida misma como por lo fácil que habría sido identificar su origen y su destino. De modo que me dediqué a cuidarlo mientras escribía, comía y recibía visitas en el cuarto del hotel, cuya caja de seguridad no me merecía ninguna confianza, porque no se cerraba por combinación sino con una llave que parecía comprada en la ferretería de la esquina. La llevé siempre en el bolsillo, y después de cada salida inevitable comprobaba que el papel seguía en su lugar y en el sobre sellado. Lo había leído tanto, que casi lo había aprendido de memoria para sentirme más seguro si tuviera que sustentar alguno de los temas en el momento de entregarlo.

"Siempre di por hecho además que mis conversaciones telefónicas de aquellos días ―como las de mis interlocutores— estaban intervenidas. Pero me mantuvo tranquilo la conciencia de estar en una misión irreprochable, que convenía tanto a Cuba como a los Estados Unidos. Mi otro problema serio era que no tenía con quién ventilar mis dudas sin violar la reserva. El representante diplomático de Cuba en Washington, Fernando Remírez se puso por entero a mi servicio para mantener abiertos los canales con La Habana. Pero las comunicaciones confidenciales son tan lentas y azarosas desde Washington —y en especial para un caso de tanto cuidado—, que las nuestras sólo se resolvieron con un emisario especial. La respuesta fue una amable solicitud de que esperara en Washington cuanto fuera necesario para cumplir la diligencia, tal como yo lo había resuelto, y me encarecieron que fuera muy cuidadoso para que Sam Berger no se sintiera desairado por no aceptarlo como interlocutor. El remate sonriente del mensaje no necesitaba firma para saber de quién era: ‘Deseamos que escribas mucho’.

"Por una casualidad afortunada, el ex presidente César Gaviria había organizado para la noche del lunes una cena privada con Thomas ‘Mack’ McLarty, quien acababa de renunciar a su cargo de consejero del presidente Clinton para América Latina, pero continuaba siendo su amigo más antiguo y cercano. Nos habíamos conocido el año anterior, y la familia Gaviria planeó la cena desde entonces con una finalidad doble: conversar con McLarty sobre la indescifrable situación de Colombia y complacer a su esposa en sus deseos de aclarar conmigo algunas inquietudes que tenía sobre mis libros.

"La ocasión parecía providencial. Gaviria es un gran amigo, un consejero inteligente, original e informado como nadie de la realidad de América Latina, y un observador alerta y comprensivo de la realidad cubana. Llegué a su casa una hora antes de la acordada, y sin tiempo de consultarlo con nadie me tomé la libertad de revelarle lo esencial de mi misión para que me diera nuevas luces.

"Gaviria me dio la verdadera medida del problema y me puso sus piezas en orden. Me enseñó que las precauciones de los asesores de Clinton eran apenas normales, por los riesgos políticos y de seguridad que implica para un Presidente de los Estados Unidos recibir en sus manos y por un conducto irregular una información tan delicada. No tuvo que explicármelo, pues recordé al instante un precedente ejemplar: en nuestra cena de Marta’s Vineyard, durante la crisis por la emigración masiva de 1994, el Presidente Clinton me autorizó para que le hablara de ése y de otros temas calientes de Cuba, pero antes me advirtió que él no podía decir ni una palabra. Nunca olvidaré la concentración con que me escuchó, y los esfuerzos titánicos que debió hacer para no replicarme en algunos temas explosivos.

"Gaviria me alertó también en el sentido de que Berger es un funcionario eficiente y serio que debía tomarse muy en cuenta en las relaciones con el Presidente. Me hizo ver además que el solo hecho de comisionarlo para atenderme era una deferencia especial de alto nivel, pues solicitudes privadas como la mía solían dar vueltas durante años por las oficinas periféricas de la Casa Blanca, o se las transferían a funcionarios menores de la CIA o del Departamento de Estado. Gaviria, en todo caso, parecía seguro de que el texto entregado a Berger llegaría a manos del Presidente, y eso era lo esencial. Por último, como yo lo soñaba, me anunció que al final de la cena me dejaría a solas con McLarty para que me abriera el camino directo con el Presidente.

"La noche fue grata y fructífera, solo con nosotros y la familia Gaviria. McLarty es un hombre del sur, como Clinton, y ambos son de un trato tan fácil e inmediato como el de la gente del Caribe. En la cena se rompieron los hielos desde el principio, sobre todo en relación con la política de los Estados Unidos para América Latina, y en especial con el narcotráfico y los procesos de paz. ‘Mack’ estaba tan informado que conocía hasta las minucias de la entrevista que me concedió el Presidente Clinton en setiembre pasado, en la cual se trató a fondo el derribo de las avionetas en Cuba, y se mencionó la idea de que el Papa fuera mediador de los Estados Unidos durante su visita a Cuba.

"La posición general de McLarty en las relaciones con Colombia —y por la cual parece dispuesto a trabajar— es que las políticas de los Estados Unidos requieren un cambio radical. Nos dijo que el gobierno estaba dispuesto a hacer contacto con cualquier presidente que fuera elegido para ayudar a fondo en la paz. Pero ni él, ni otros funcionarios con que hablé más tarde, tienen claro cuáles serían los cambios. El diálogo fue tan franco y fluido, que cuando Gaviria y su familia nos dejaron solos en el comedor, McLarty y yo parecíamos viejos amigos.

"Sin ninguna reticencia le revelé el contenido del mensaje para su presidente y no disimuló su sobresalto por el plan terrorista, aun sin conocer los detalles atroces. No estaba informado de mi solicitud de ver al presidente, pero prometió hablar con él tan pronto como éste regresara de California. Animado por la facilidad del diálogo, me atreví a proponerle que me acompañara en la entrevista con el presidente, y ojalá sin ningún otro funcionario, para que pudiéramos hablar sin reservas. La única pregunta que me hizo sobre eso —y nunca supe por qué— fue si Richardson conocía el contenido del mensaje, y le contesté que no. Entonces dio la charla por terminada con la promesa de que hablaría con el presidente.

"El martes temprano informé a La Habana por el conducto ya habitual sobre los puntos básicos de la cena, y me permití una pregunta oportuna: si el presidente decidía al final no recibirme y le encomendaba la tarea a McLarty y a Berger ¿a cuál de los dos debía entregarle el mensaje? La respuesta pareció inclinarse a favor de McLarty, pero con el cuidado de no desairar a Berger.

"Aquel día almorcé en el restaurante Provence con la señora McLarty, pues nuestra conversación literaria no había sido posible durante la cena de Gaviria. Sin embargo, las preguntas que ella llevaba anotadas se agotaron pronto, y sólo quedó su curiosidad por Cuba. Le aclaré todas las que pude y creo que quedó más tranquila. A los postres, sin que se lo pidiera, llamó por teléfono a su esposo desde la mesa, y éste me hizo saber que aún no había visto al presidente pero esperaba darme alguna noticia en el curso del día.

"Antes de dos horas, en efecto, un asistente suyo me informó a través de la oficina de César Gaviria que el encuentro sería mañana en la Casa Blanca, con McLarty y tres altos funcionarios del Consejo Nacional de Seguridad. Pensé que si uno de ellos hubiera sido Sam Berger lo habrían dicho con su nombre, y ahora mi sentimiento fue el contrario: me alarmó que no estuviera. ¿Hasta qué punto pudo haber sido por un descuido mío en alguna llamada intervenida? Ahora no importaba: puesto que McLarty había arreglado el asunto con el presidente, éste debía estar ya al corriente del mensaje. Así que mi decisión de no esperar más fue inmediata e inconsulta: acudiría a la cita para entregar el mensaje a McLarty. Tan seguro estaba, que reservé lugar en un vuelo directo para México a las cinco y media de la tarde del día siguiente. En esas estaba cuando recibí de La Habana la respuesta a mi última consulta con la autorización más comprometedora que me han dado en la vida: ‘Confiamos en tu talento’.

"La cita fue a las 11:15 del miércoles 6 de mayo en las oficinas de McLarty en la Casa Blanca. Me recibieron los tres funcionarios anunciados del Consejo de Seguridad Nacional (NSC): Richard Clarke, director principal de asuntos multilaterales y asesor del presidente en todos los temas de política internacional, y especialmente en la lucha contra el terrorismo y los narcóticos; James Dobbins, director principal de NSC para asuntos interamericanos con rango de embajador, y asesor del presidente para América Latina y el Caribe, y Jeff Delaurentis, director de asuntos interamericanos del NSC y asesor especializado en el tema de Cuba. En ningún momento surgió una coyuntura para preguntar por qué no estaba Berger. Los tres funcionarios fueron de trato amable y una gran corrección profesional.

"No llevaba notas personales, pero conocía el mensaje al dedillo, y en la agenda electrónica había anotado lo único que temía olvidar: las dos preguntas fuera de texto. ‘Mack’ estaba terminando una junta en otra oficina. Mientras llegaba, Dobbins me dio una visión panorámica más bien pesimista de la situación de Colombia. Sus datos eran los mismos de McLarty en la cena del lunes, pero los manejaba con más familiaridad. Yo le había dicho a Clinton el año anterior que la política antidroga de los Estados Unidos era un agravante funesto de la violencia histórica de Colombia. Por eso me llamó la atención que este grupo de NSC —sin referirse a mi frase, por supuesto— parecía de acuerdo en que debía cambiarse. Fueron muy cuidadosos en no dar juicios sobre el gobierno ni los candidatos actuales, pero no dejaron dudas de que la situación les parecía catastrófica y de futuro incierto. No me alegré por los propósitos de enmienda, pues varios observadores de nuestra política en Washington me los habían comentado con alarma. ‘Ahora que quieren ayudar de verdad son más peligrosos que nunca —me dijo uno de ellos— porque quieren meterse en todo’.

"McLarty, con un traje cortado sobre medida y sus buenas maneras, entró con la premura de alguien que hubiera interrumpido un asunto capital para ocuparse de nosotros. Sin embargo, impuso a la reunión un tono reposado, útil y de buen humor. Desde la noche de la cena me agradó que hablara mirando siempre a los ojos. Así fue en la reunión. Después de un abrazo cálido se sentó frente a mí, apoyó las manos en sus rodillas, y abrió la charla con una frase de cajón tan bien dicha que pareció verdad: ‘Estamos a su disposición’.

"Quise establecer de entrada que iba a hablar por derecho propio sin más méritos ni mandato que mi condición de escritor, y en especial sobre un caso tan abrasivo y comprometedor como Cuba. De modo que empecé con una precisión que no me pareció superflua para las grabadoras ocultas: ‘Esta no es una visita oficial’.

"Todos aprobaron con la cabeza y su solemnidad imprevista me sorprendió. Entonces conté de un modo simple y en un estilo de narración doméstica, cuándo, cómo y por qué había sido la conversación con Fidel Castro que dio origen a las notas informales que debía entregar al presidente Clinton. Se las di a McLarty en el sobre cerrado, y le pedí el favor de que las leyera para poder comentarlas. Era la traducción inglesa de siete temas numerados en seis cuartillas a doble espacio: complot terrorista, complacencia relativa por las medidas anunciadas el 20 de marzo para reanudar vuelos a Cuba desde los Estados Unidos, viaje de Richardson a La Habana en enero de 1998, rechazo argumentado de Cuba a la ayuda humanitaria, reconocimiento por el informe favorable del Pentágono sobre la situación militar de Cuba" —era un informe en que se afirmaba que Cuba no representaba ningún peligro para la seguridad de Estados Unidos, lo añado yo—, "beneplácito por la solución de la crisis de Iraq y gratitud por los comentarios que hizo Clinton ante Mandela y Kofi Annan en relación con Cuba."

Aquí, como se ve, enumera los demás puntos.

"McLarty no lo leyó para todos en voz alta como yo esperaba, y como sin duda habría hecho si lo hubiera conocido de antemano. Lo leyó sólo para él, al parecer con el método de lectura rápida que puso de moda el presidente Kennedy, pero los cambios de las emociones se reflejaban en su rostro como destellos en el agua. Yo lo había leído tantas veces que casi pude deducir a qué puntos del documento correspondía cada uno de sus cambios de ánimo.

"El primer punto, sobre el complot terrorista, le arrancó un gruñido: ‘Es terrible’. Más adelante reprimió una risa traviesa, y exclamó sin interrumpir la lectura: ‘Tenemos enemigos comunes’. Creo que lo dijo a propósito del punto cuarto, donde se describe la conspiración de un grupo de senadores para sabotear la aprobación de los proyectos Torres-Rangel y Dodd, y se agradecen los esfuerzos de Clinton para salvarlo.

"Al terminar la lectura, le pasó el papel a Dobbin, y éste a Clarke, quienes lo leyeron mientras ‘Mack’ exaltaba la personalidad de Mortimer Zuckerman, dueño de la revista US News and World Report, que había viajado a La Habana en febrero pasado. Hizo el comentario por una mención que acababa de leer en el punto sexto del documento, pero no contestó la pregunta implícita de si Zuckerman había informado a Clinton de las dos conversaciones de doce horas que sostuvo con Fidel Castro.

"El punto que ocupó casi todo el tiempo útil después de la lectura fue el del plan terrorista que impresionó a todos. Les conté que había volado a México después de conocerlo en La Habana y tuve que sobreponerme al terror de que estallara la bomba. El momento me pareció oportuno para colocar la primera pregunta personal que me había sugerido Fidel: ¿No sería posible que el FBI hiciera contacto con sus homólogos cubanos para una lucha común contra el terrorismo? Antes de que reaccionaran, les agregué una línea de mi cosecha: ‘Estoy seguro de que encontrarían una respuesta positiva y pronta por parte de las autoridades cubanas’.

"Me sorprendieron la inmediatez y la energía de la reacción de los cuatro. Clarke, que parecía ser el más cercano al tema, dijo que la idea era muy buena, pero me advirtió que el FBI no se ocupaba de asuntos que fueran publicados en los periódicos mientras estuvieran en investigación. ¿Estarían los cubanos dispuestos a mantener el caso en secreto? Ansioso por colocar la segunda pregunta le di una respuesta para distender el ambiente:

‘Nada les gusta más a los cubanos que guardar un secreto’.

"A falta de un motivo apropiado para la segunda pregunta, la resolví como una afirmación mía: la colaboración en materia de seguridad podría abrir paso a un clima propicio para que se autorizaran de nuevo los viajes de norteamericanos a Cuba. La astucia salió mal, porque Dobbin se confundió, y dijo que eso quedaría resuelto cuando se implantaran las medidas anunciadas el 20 de marzo.

"Aclarado el equívoco, hablé de la presión a que me encuentro sometido por los muchos norteamericanos de toda clase que me buscan para que los ayude a hacer en Cuba contactos de negocios o de placer. Entre ellos mencioné a Donald Newhouse, editor de varias publicaciones periódicas y presidente de la Associated Press (AP), quien me ofreció una cena estupenda en su mansión campestre de New Jersey al terminar mi taller en la Universidad de Princeton. Su sueño actual es ir a Cuba para tratar con Fidel en persona la instalación de una oficina permanente de la AP en La Habana, semejante a la que tiene la CNN.

"No puedo asegurarlo, pero me parece que en la animada conversación de la Casa Blanca quedó claro que no tenían, o no conocen o no quisieron revelar ningún propósito inmediato de reanudar los viajes de norteamericanos a Cuba. Lo que sí debo destacar es que en ningún momento se habló de reformas democráticas, ni de elecciones libres o derechos humanos, ni de ninguno de los latiguillos políticos con que los norteamericanos pretenden condicionar cualquier proyecto de colaboración con Cuba. Al contrario, mi apreciación más nítida de este viaje es la certidumbre de que la reconciliación está empezando a decantarse como algo irreversible en el inconsciente colectivo.

"Clarke nos llamó al orden cuando la conversación empezó a derivar, y me precisó ―tal vez como un mensaje— que ellos darían los pasos inmediatos para un plan conjunto de Cuba y los Estados Unidos contra el terrorismo. Al final de una larga anotación en su libreta, Dobbins concluyó que se comunicarían con su embajada en Cuba para encaminar el proyecto. Yo hice un comentario irónico sobre el rango que le daba a la Oficina de Intereses en La Habana, y Dobbins me replicó con buen humor: ‘Lo que tenemos allá no es una embajada pero es mucho más grande que una embajada’. Todos rieron no sin cierta malicia de complicidad. No se discutieron más puntos, pues en verdad no era del caso, pero confío en que los hayan analizado después entre ellos.

"La reunión, contado el retraso de ‘Mack’, duró cincuenta minutos. ‘Mack’ la dio por terminada con una frase ritual: ‘Sé que usted tiene una agenda muy apretada antes de volver a México y también nosotros tenemos muchas cosas por delante’. Enseguida hizo un párrafo breve y ceñido que pareció una respuesta formal a nuestra gestión. Sería temerario intentar una cita literal, pero el sentido y el tono de sus palabras era expresar su gratitud por la gran importancia del mensaje, digno de toda la atención de su gobierno, y del cual se ocuparían de urgencia. Y a manera de final feliz, mirándome a los ojos, me coronó con un laurel personal: ‘Su misión era en efecto de la mayor importancia, y usted la ha cumplido muy bien’. Ni el pudor que me sobra ni la modestia que no tengo me han permitido abandonar esa frase a la gloria efímera de los micrófonos ocultos en los floreros.

"Salí de la Casa Blanca con la impresión cierta de que el esfuerzo y las incertidumbres de los días pasados habían valido la pena. La contrariedad de no haber entregado el mensaje al presidente en su propia mano me parecía compensada por lo que fue un cónclave más informal y operativo cuyos buenos resultados no se harían esperar. Además, conociendo las afinidades de Clinton y ‘Mack’, y la índole de su amistad desde la escuela primaria, estaba seguro de que el documento llegaría tarde o temprano a las manos del presidente en el ámbito cómplice de una sobremesa. Al término de la reunión, también la Presidencia de la República se hizo presente con un gesto gallardo: a la salida de la oficina, un ujier me entregó un sobre con las fotos de mi visita anterior tomadas seis meses antes en la Oficina Oval. De modo que mi única frustración en el camino del hotel era no haber descubierto y gozado hasta entonces el milagro de los cerezos en flor de aquella primavera espléndida.

"Apenas tuve tiempo de hacer la maleta y alcanzar el avión de las cinco de la tarde. El que me había llevado de México catorce días antes tuvo que regresar a su base con una turbina averiada, y esperamos cuatro horas en el aeropuerto hasta que hubo otro avión disponible. El que tomé de regreso a México, después de la reunión en la Casa Blanca, se retrasó en Washington una hora y media mientras reparaban el radar con los pasajeros a bordo. Antes de aterrizar en México, cinco horas después, por causa de una pista fuera de servicio. Desde que empecé a volar hace cincuenta y dos años, nunca me había sucedido nada semejante. Pero no podía ser de otro modo, para una aventura pacífica que ha de tener un sitio de privilegio en mis memorias. Mayo 13 de 1998."

Aquí concluyó el histórico informe.

9 de mayo de 1998: Se recibe en el MINREX al Jefe interino de la SINA, John Boardman. El objetivo era trasladar un mensaje sobre el cual recibieron instrucciones el 8 de mayo en la noche para que se lo comunicaran a Alarcón y al MINREX —indiscutiblemente que ese mismo día llegó el mensaje o tuvo los efectos que el Gabo esperaba del mensaje. Dijo —el jefe interino— que por alguna vía que él desconocía el Gobierno de Cuba había hecho saber al Gobierno de su país que nuestras autoridades tenían preocupaciones fundadas de que hubiera la intención por parte de organizaciones radicadas en los Estados Unidos de llevar a cabo acciones terroristas contra Cuba, en particular en la esfera del turismo y muy específicamente acciones contra aviones de pasajeros con turistas que viajan desde y hacia Cuba.

La respuesta del gobierno de los Estados Unidos que se trasladaba por esta vía era la siguiente:

"h El Gobierno de los Estados Unidos no tiene información sobre vínculos existentes entre ciudadanos de los Estados Unidos y los actos terroristas que se cometieron en los hoteles. La prensa ha hecho especulaciones pero el gobierno de los Estados Unidos no tiene información seria al respecto.

"h El Gobierno de los Estados Unidos ha presentado numerosas Notas diplomáticas indicando su disposición para analizar cualquier información o evidencia física que el Gobierno de Cuba tenga que fundamente esas informaciones.

"h El Gobierno de los Estados Unidos desea reiterar que esta es una oferta seria. Está preparado para recibir cualquier información y evaluar alguna oportunidad para que sus expertos examinen cualquier evidencia física que el Gobierno de Cuba pueda tener al respecto.

"h El Gobierno de los Estados Unidos manifiesta su preocupación por esas acciones terroristas y está dispuesto a actuar sobre esas informaciones para hacer cumplir la ley y combatir el terrorismo internacional.

"h El Gobierno de los Estados Unidos solicita al Gobierno de Cuba compartir las informaciones adecuadas con otros gobiernos que puedan tener en relación con el riesgo de actos terroristas sobre vuelos a Cuba desde sus territorios.

11 de mayo de 1998: Remírez informa que fue citado por el Departamento de Estado para encuentro con John Hamilton, quien le hizo los siguientes planteamientos:

"1) Objetivo reunión era reiterar planteamiento de la SINA el pasado sábado, y consistía en dar respuesta a nuestras preocupaciones sobre actividades terroristas contra Cuba, usando para agilizar ‘double track diplomacy’ (diplomacia dos vías).

"2) Como en ocasiones anteriores, acogieron con seriedad nuestras preocupaciones sobre posibles actos terroristas contra instalaciones turísticas y aeronaves.

"3) Según las verificaciones que han realizado no hay elementos permitan indicar existencia planes desde Estados Unidos.

"4) En pasado, ante nuestros alegatos de que personas y/o organizaciones en Estados Unidos puedan estar involucradas en actos terroristas contra Cuba, nos han pedido evidencias con interés investigar.

"5) En estos momentos quieren enfatizar la seriedad de la oferta de Estados Unidos para investigar y tomar acciones apropiadas ante cualquier evidencia tengamos. No es intento de devolver la pelota a nuestra cancha ni tampoco un trámite formal

"6) Seriamente quieren examinar de conjunto cualquier evidencia tengamos y darle seguimiento hasta su esclarecimiento. Por nuestra parte agradecimos ofrecimiento asegurándole lo trasladaríamos nuestras autoridades y le preguntamos si oferta incluía cooperación entre los dos países en eventual proceso investigativo, a lo que Hamilton contestó que suponía así fuera. Reiteró que oferta era seria y no mera respuesta diplomática, agregando que único objetivo reunión por su importancia era ese."

12 de mayo de 1998: El MINREX citó al Jefe Interino de la SINA y le trasladó la siguiente respuesta a la solicitud que plantearan el pasado sábado 9 en nombre del Gobierno de los Estados Unidos:

Recuerden que la entrevista fue el 6, la del Gabo, en la Casa Blanca. La respuesta nuestra decía:

"Las informaciones nuestras son muy seguras, pero por vías muy sensibles a la divulgación de las fuentes. No podemos trabajar como proponen. Nos satisface saber que están alertas y prestando atención al problema."

El Jefe interino de la SINA aceptó y agradeció la pronta respuesta y manifestó su disposición a tramitar cualquier información que estimáramos apropiada sin que se comprometiera la fuente. Su acompañante, quien había sido descrito como el funcionario SINA encargado de los asuntos relativos al cumplimiento de las leyes y temas de seguridad, intervino para afirmar que van a seguir de cerca este asunto por todas las vías posibles, a través de todas sus agencias, y en contacto con los diferentes grupos. También verificarán con servicios de otros países. Comentó que ellos consideran que "a estas alturas, cualquier amenaza de esta naturaleza es intolerable".

20 de mayo de 1998: Alarcón recibe una llamada de Hamilton desde Washington en la que le explicó le llamaba personalmente por la importancia del asunto y que deseaba plantearle lo siguiente:

"h Sobre riesgos actos terroristas contra aviones viajen a Cuba: Toman muy seriamente información le trasladó Cuba y adoptarán medidas seguridad en aviones salgan de Estados Unidos.

"h Para desarrollar otras acciones necesitarían analizar pruebas poseemos en Cuba. Están dispuestos enviar expertos norteamericanos a Cuba para analizarlas con nosotros.

"h Con elementos ellos recibieron de nosotros no pueden hacer advertencias a otros países desde donde también salen aviones hacia Cuba. Caso nosotros hagamos tal advertencia, podemos informar a esos países que Estados Unidos estaría dispuesto a considerar forma expedita solicitudes asistencia técnica para prevenir incidentes."

3 de junio de 1998: El Jefe de la SINA, Michael Kozak, se entrevista con Alarcón. Le informa sobre los preparativos para el envío a Cuba de una delegación del FBI y le entrega el texto que los norteamericanos piensan circular entre las compañías aéreas para consideración de la parte cubana. El texto dice lo siguiente:

"Hemos recibido información sin confirmar acerca de un complot para colocar artefactos explosivos a bordo de naves aéreas civiles que operan entre Cuba y países latinoamericanos. Las personas involucradas en el complot planean dejar un pequeño artefacto explosivo a bordo de una nave aérea con el intento de hacer que el artefacto estalle durante la prolongación del servicio. El artefacto explosivo, según informes, es de tamaño pequeño, contiene un fusible y un cronómetro digital capaz de ser programado 99 horas antes. No se ha identificado blanco, lugar y marco de tiempo específicos.

"No podemos descontar la posibilidad de que la amenaza pueda incluir operaciones de carga internacional desde los Estados Unidos. El Gobierno de Estados Unidos continúa buscando información adicional para esclarecer, y verificar o refutar, esta amenaza."

4 de junio de 1998: Se instruye a Alarcón responder que la delegación puede viajar a partir del día 15.

5 de junio de 1998: Alarcón entrega al Jefe de la SINA respuesta cubana, que yo también redacté personalmente —venía siguiendo el problema, como es lógico, como es elemental, desde el momento en que enviamos el mensaje—, a la propuesta de información circular presentada por los norteamericanos, que dice textualmente:

"Nosotros no solicitamos que se hiciese advertencia alguna a las compañías de aviación. No es esa la forma de enfrentar este problema para cuya solución se pueden y deben tomar otras medidas." Efectivamente, nosotras tomamos muchas medidas cuidando los aviones, sobre todo, durante semanas estuvimos planteando eso, hasta que, claro, los golpes que ellos recibieron con los arrestos aquí, el descubrimiento de todos sus planes, las confesiones de todos los arrestados, permitieron conocerlo todo en detalle, denunciarlo, desbaratar sus planes. Fue Cuba la que desbarató esos planes. Entonces le decíamos, por eso debo explicarlo: No es esa la forma de enfrentar este problema para cuya solución se pueden y deben tomar otras medidas. "Nadie podría garantizar la discreción. Una indiscreción en este caso pudiera incluso dificultar la investigación y obstaculizar medidas más eficientes.

"Su difusión además podría crear pánico", y, efectivamente, creó pánico "ocasionando considerable daño a la economía de Cuba, que es precisamente lo que están buscando los terroristas. Este daño además afectaría a las líneas aéreas.

"Por esas razones no estamos de acuerdo con que se trasmita la advertencia y nos oponemos seriamente a ello. Con el grupo de expertos podemos analizar bien los pasos más aconsejables."

Porque ellos, realmente, tuvieron la delicadeza, si se quiere, o la elemental cortesía de consultar con nosotros la nota que iban a circular. Les expusimos nuestro punto de vista.

En la reunión, el Jefe de la SINA planteó que pudiera tratarse de una confusión con el mensaje inicial (que ellos pensaron que les pedían se hiciera la advertencia) o que hubiera alguna obligación legal para sus autoridades de advertir a las líneas aéreas y cubrirse de eventuales reclamaciones. Dijo que trasmitiría la posición cubana a Washington y que no harían advertencia.

6 de junio de 1998: Nueva reunión de Alarcón con el Jefe de la SINA. Este entrega mensaje norteamericano en respuesta al documento entregado el día anterior, que antes le había leído por teléfono, en el que se plantea:

"1. El proyecto de aviso suministrado ya a la parte cubana es llamado una ‘información circular’. De acuerdo con las leyes y regulaciones de aviación de los Estados Unidos, se requiere suministrar informaciones circulares a las oficinas de seguridad interna de las líneas aéreas cada vez que el gobierno de los Estados Unidos tiene cualquier información creíble relativa a posible amenaza al avión."

Explican que hay leyes, que hay regulaciones, que los obligan a informar. Bien, en realidad esto pudo haberse discutido cómo hacerlo, y no con todos los datos que nosotros habíamos incluido en el mensaje.

"2. Aproximadamente de 15 a 20 informaciones circulares son emitidas cada año por la Administración Federal de Aviación. Estos no son documentos públicos."

Claro, no son públicos; pero si usted circula decenas y cientos de documentos crea alarma en todas partes, no hay modo de llevar a cabo una investigación seria, que es lo importante, investigar, probar, descubrir y capturar a los autores. Pero bien, tengo el deber de informar que lo que se argumentó; es posible, no conozco todas esas regulaciones, que se sintieran obligados por ley a informar.

"3. De acuerdo con nuestra ley y regulaciones, estamos requeridos a proceder inmediatamente con la notificación a las aerolíneas que tienen aviones que vuelan entre los Estados Unidos y Cuba directamente o a través de terceros países, y de notificar a los gobiernos de los terceros países. No tenemos alternativa a este respecto" —dijeron—, "en la medida en que creemos que la información es creíble."

Sí, la información era bien creíble; nosotros teníamos todos los elementos para conocerla, como lo demostraron las respuestas que le dimos y que indicaban con toda seguridad que los datos que nos habían hecho llegar eran ciertos, y que estaban capturados en algunos casos los autores y en otros habían escapado.

"4. Dada la naturaleza de esta información, y nuestra obligación de cooperar con otros países para prevenir ataques contra la aviación, seguimos creyendo que es importante que ustedes o nosotros notifiquemos a las aerolíneas que vuelan desde otros destinos y a los gobiernos responsables. Si fuera posible para la parte cubana adelantar la reunión de expertos para comienzos de la próxima semana (por ejemplo, martes o miércoles) propondríamos hacer tales notificaciones después que hubiéramos tenido una oportunidad de evaluar la información con la parte cubana. Si tal reunión temprana no es realizable, nosotros procederíamos a hacer las notificaciones. Cualquier paso adicional podría ser determinado durante la reunión de expertos la semana del 15 de junio."

Realmente, esta nota es del 6 de junio. Una reunión como aquella del 15 no se improvisa, no se prepara en dos días, requería un mínimo de cinco o seis días; de modo que no se podía adelantar para el 7, realmente tuvo lugar el 15, que era la fecha acordada.

"5. Nosotros reconocemos los puntos señalados por las autoridades cubanas que procuremos evitar daños a la investigación en pactos adversos sobre las líneas aéreas y la economía cubana. Estamos haciendo el máximo respecto a estos puntos dentro de la limitada discreción otorgada por nuestras leyes y regulaciones y la prioridad que atribuimos a la prevención de ataques contra aviones civiles. Nuevamente, estas circulares de información son relativamente de rutina y en nuestra experiencia, incluso cuando ellas se han hecho públicas, normalmente no tienen impacto significativo o duradero en la transportación aérea de pasajeros o carga."

En realidad, debo decir que ellos venían respondiendo cada una de las cuestiones que nosotros planteábamos. A mi juicio, estos intercambios los realizaron de buena fe, no hubo mala fe. Hemos tratado de profundizar y veíamos la insistencia con que ellos planteaban que determinados instrumentos legales los obligaba a hacer eso.

Ese propio día, Alarcón entrega al Jefe de la SINA nueva respuesta del Ministerio de Relaciones Exteriores, redactada en los términos siguientes:

"Estamos en desacuerdo. La probable publicidad de esa información perjudica los trabajos de investigación, satisface y alienta los planes de los terroristas contra la economía cubana.

"Ignoramos y no podemos comprender la existencia de obligaciones de carácter legal que, lejos de beneficiar, pueden afectar los esfuerzos que se realizan para evitar víctimas humanas y daños materiales.

"La divulgación en detalle de los procedimientos que pueden ser utilizados para tales actos, constituye un incuestionable error que puede favorecer los planes de grupos terroristas activos o potenciales" —no queríamos que lo publicaran, porque estaban dando datos técnicos sobre la forma de preparar esos atentados. "Respetamos los criterios de las autoridades norteamericanas, pero no coincidimos en la forma en que deben contrarrestarse tales actividades, las cuales deben ser analizadas, a partir de la información disponible, con el cuidado y la profundidad requeridos."

Ahora se comprende con mucha claridad. Es incuestionable que albergaban el temor de que se produjera un hecho, un sabotaje de ese tipo, y ellos, teniendo la información, no la hubieran divulgado a la aerolínea, aunque esto no sirviera para nada en absoluto; las aerolíneas no están en condiciones, no disponen de los medios ni de los antecedentes, ni de la información para evitar un acto terrorista de ese tipo.

El Jefe de la SINA señaló que había hablado con el señor Dobbins, responsable de América Latina en el Consejo Nacional de Seguridad, quien pidió trasladara los siguientes comentarios adicionales:

"h Que tenían la obligación de alertar a las empresas que vuelan desde Estados Unidos por las leyes norteamericanas, y a las que desde otros países vuelan a Cuba, como consecuencia de acuerdos internacionales. La decisión de ellos de trasmitir esa advertencia indicaba que tomaban seriamente nuestra información y la consideraban creíble."

Y lo demostraban con esa inquietud tremenda que los llevaba de inmediato a circular la información.

"h Con respecto al párrafo 4 del documento, Dobbins insistió en que no lo fuéramos a interpretar, en modo alguno, como un elemento de presión. De lo que se trata es que si bien ellos tienen la obligación de informar inmediatamente a las líneas que vuelan desde los Estados Unidos, la obligación respecto a las que salen desde otros países, aunque también existe, no les resulta tan presionante, pero no pueden retenerla durante toda una semana. Teóricamente, la reunión de expertos pudiera llevarlos a la conclusión de que la amenaza no fuera tan inminente, pero como parten de la base de considerar seriamente nuestra información y darle credibilidad, entonces no podrían esperar ese tiempo sin cumplir su obligación."

Yo no tengo duda, realmente, de que estos intercambios por parte de ellos fueron de buena fe; fueron serios por ambas partes, debo reconocerlo, es justo.

8 de junio de 1998: La Agencia Federal de Aviación emite la información circular. Esta que hemos estado mencionando. Es decir, ese mismo día casi, dos días después.

15 de junio de 1998: Llega a La Habana delegación del FBI para sostener contactos con las autoridades cubanas.

16-17 de junio de 1998: Se efectúan varias reuniones conjuntas en La Habana entre expertos cubanos y oficiales norteamericanos del FBI sobre el tema de los planes de atentados terroristas. Se entrega a la delegación norteamericana del FBI abundante información documental y testimonial. Los materiales entregados incluían 64 folios en los que se aportaban elementos investigativos acerca de 31 acciones y planes terroristas contra nuestro país, ocurridos entre 1990 y 1998. A la mayor parte de estas acciones estaba vinculada la Fundación Nacional Cubano Americana que, además, organizó y financió los más peligrosos, especialmente los ejecutados por la estructura terrorista dirigida por Luis Posada Carriles en Centroamérica. Se adjuntaron relaciones detalladas y fotografías del armamento, los explosivos y los medios ocupados en cada hecho. Además, se entregaron 51 folios con información sobre el dinero suministrado por la Fundación Nacional Cubano Americana a diferentes grupos terroristas para realizar acciones contra Cuba; se incluyeron también las grabaciones de 14 conversaciones telefónicas de Luis Posada Carriles en las cuales brindaba información acerca de acciones terroristas contra Cuba; datos para ubicar a Posada Carriles, tales como direcciones de sus residencias, lugares que frecuentaba, características de los autos y chapas en El Salvador, Honduras, Costa Rica, República Dominicana, Guatemala y Panamá. Se entregaron también las transcripciones de 8 conversaciones de terroristas detenidos en Cuba en las que revelan sus vínculos con Posada Carriles.

Los oficiales del FBI recibieron también 60 folios con las fichas de 40 terroristas de origen cubano, la mayoría residentes en Miami, incluidos los datos para su ubicación. Se llevaron, además, tres muestras de sustancias explosivas de 2 gramos cada una, de las bombas desactivadas antes de explotar en el Hotel Meliá Cohíba el 30 de abril de 1997 y en un microbús de turismo el 19 de octubre de 1997, así como del artefacto explosivo ocupado a dos terroristas guatemaltecos el 4 de marzo de 1998.

Se entregaron, además, 5 casetes de video y 8 de audio con declaraciones de los terroristas centroamericanos arrestados por la colocación de bombas en los hoteles, en los cuales narran sus vínculos con organizaciones terroristas cubanas que operan desde Estados Unidos y en particular con Luis Posada Carriles.

La parte norteamericana reconoció el valor de la información recibida y se comprometió a dar respuesta del análisis realizado a estos materiales en el más breve plazo.

Transcurren extrañamente casi tres meses sin la respuesta seria prometida. Se reciben sólo algunas noticias intrascendentes.

El 12 de septiembre —presten bien atención, no se habían cumplido tres meses— son arrestados los cinco compañeros, hoy Héroes de la República de Cuba (Aplausos), que, destacados en Miami, constituían la principal fuente de información sobre las actividades terroristas contra nuestro país. No resultó detenido ningún terrorista en ninguna parte, resultaron detenidos los compañeros que habían suministrado la información —aunque, desde luego, no había ningún elemento para identificar las fuentes—; pero lo que sí pudieron apreciar es que había informaciones serias y fidedignas, y que nuestras denuncias estaban muy bien fundadas, eran exactas; desde luego, no las únicas, pero eran de las fundamentales.

Uno de ellos tenía la misión de seguir las actividades de Orlando Bosch nada menos, ese que indultaron allí, a pesar de sus monstruosos crímenes.

¿Qué había ocurrido realmente? La dirección de la mafia de Miami se había percatado de los contactos e intercambios entre las autoridades de Cuba y Estados Unidos con relación a los brutales actos de terror que venían cometiéndose impunemente contra nuestro país, y movieron todas sus fuerzas e influencias —que, como se sabe, son muchas— para impedir a toda costa cualquier avance en ese terreno.
¿Quién fue uno de los responsables principales en la ruptura de los contactos? El jefe del FBI en Miami: Héctor Pesquera. Este funcionario había ostentado el mismo cargo en Puerto Rico, coincidiendo con el arresto del comando organizado directamente por el grupo paramilitar de la Fundación Nacional Cubano Americana capturado por los guardacostas en las proximidades de aquella isla donde fueron arrestados, ocupándoseles el yate y las armas. Todos conocen cuál era el objetivo de ese comando en la Isla Margarita, en una reunión internacional en la que nosotros estábamos invitados y fuimos.

Pesquera, que era un miembro de la mafia, fue clave en lograr la impunidad total del grupo terrorista.

Se conoce que en los niveles más altos del FBI había determinada resistencia a la idea de romper los intercambios con Cuba, pero el empuje y la influencia política de los líderes de la mafia pudieron más. Pudieron más, incluso, que el Presidente de Estados Unidos y que el Consejo de Seguridad Nacional de ese país, era evidente.

Sin duda que el FBI venía ya siguiendo los pasos del grupo antiterrorista cubano, cuya información acerca de los planes de hacer estallar aviones de aerolíneas en tierra o en pleno vuelo, yo había hecho llegar al presidente de Estados Unidos. Tales actos monstruosos podían costar la vida tanto a ciudadanos cubanos como a norteamericanos, muchos de los cuales viajaban a Cuba en esos aviones.

Pesquera, jefe del FBI en Miami, concentró todas sus fuerzas en identificar, perseguir y enjuiciar a los cubanos. Se conoce el trato brutal recibido por los patriotas cubanos.

De acuerdo con lo publicado por El Nuevo Herald el 15 de septiembre de 1998, a los primeros que Pesquera informó del arresto de nuestros Cinco Héroes fue a los congresistas Ileana Ros-Lehtinen y Lincoln Díaz-Balart.

El propio Pesquera hizo confesiones en un programa radial de Miami, que permiten comprobar cómo había llegado desde Puerto Rico con la orientación de proceder a cualquier costo contra el grupo de cubanos infiltrados en las organizaciones terroristas miamense:

"Yo llegué aquí en mayo de este mismo año, del 1998. Me ponen en conocimiento de lo que hay. Empezamos entonces a hacer hincapié en esta investigación. A los efectos de inteligencia, ya no debería mantenerse ahí. Y debería cambiar de rumbo e irse entonces a una investigación criminal."

El ya tiene la decisión tomada y las órdenes y dice que ya no hay que seguir la búsqueda de actividad de inteligencia, sino que hay que llevar a cabo una investigación de carácter criminal contra los patriotas cubanos.

La línea que siguió nuestro país fue muy distinta. En entrevista concedida a la periodista Lucía Newman, de la CNN, en Oporto, Portugal, sede de una Cumbre Iberoamericana, el 19 de octubre de 1998, le dije textualmente —todavía no se habían cometido las monstruosidades legales que después conocimos. Eso fue el 19 de octubre, un mes y unos días después que habían, incluso, arrestado a los primeros compañeros:

"Estamos dispuestos a colaborar en la lucha contra actividades terroristas que puedan afectar a Cuba o puedan afectar a Estados Unidos.

"Estados Unidos corre un riesgo potencial con relación a los cientos de organizaciones extremistas, muchas de las cuales están armadas en los propios Estados Unidos, y algunos de los procedimientos que usan contra Cuba pueden usarlos allá, porque algunos de estos están desarrollados, sofisticados" —me refiero a los métodos, a los procedimientos, a la técnica. "Nosotros les hemos planteado a las autoridades de Estados Unidos, les hemos hecho saber, les hemos comunicado las experiencias, los métodos terroristas que se usan contra nuestro país, lo cual es una contribución que puede ayudarlos a defenderse, porque lo considero un país muy vulnerable a esos tipos de ataques."

Lo más dramático para el pueblo norteamericano es que mientras Pesquera y sus efectivos se consagraban con ensañamiento a la persecución, arresto y enjuiciamiento escandaloso de los cubanos, no menos de 14 de los 19 participantes en los ataques del 11 de septiembre contra las Torres Gemelas de Nueva York y otros objetivos vivían y se entrenaban precisamente en el área de responsabilidad y ante las narices de Pesquera.

Apenas habían transcurrido tres años del arresto de nuestros abnegados y valientes compañeros ―que con los informes que recogieron y fueron puestos por Cuba a disposición del pueblo de Estados Unidos tal vez salvaron numerosas vidas de ciudadanos de ese país—, cuando miles de norteamericanos inocentes perdieron la vida aquel funesto día del 2001. Es decir, no habían transcurrido en realidad tres años de ese arresto y miles de norteamericanos perecieron allá en Nueva York, víctimas de un atentado, en el que la inmensa mayoría de los actores se entrenaron en la Florida.

Como nuestros compatriotas y la opinión pública internacional pueden observar, ninguno de los documentos desclasificados por nosotros contiene una sola tachadura.

Antes de concluir, deseo expresar que el autor del informe, Gabriel García Márquez, fue consultado sobre su publicación. Ayer mismo le envié mensaje a Europa, en el que le trasmitía lo siguiente:

"Tengo imprescindible necesidad de hablar del tema del mensaje que envié contigo sobre las actividades terroristas contra nuestro país. No afecta en nada al destinatario y mucho menos afectará tu gloria literaria.

"Se trata en esencia del texto que yo envié y del maravilloso informe que me remitiste y lleva tu inconfundible estilo. Son como las memorias mías, y pienso que las tuyas estarían incompletas si no contienen ese mensaje."

Todo lo que he narrado explica por qué, al iniciar mis palabras, hablé de "La conducta diferente".

¡Viva la amistad entre los pueblos de Cuba y de Estados Unidos! (Exclamaciones de: "¡Viva!")

¡Patria o Muerte!

¡Venceremos!

martes, mayo 17, 2005

Palabras del presidente Fidel Castro al inicio de la Marcha del Pueblo Combatiente contra el Terrorismo, 17 de mayo de 2005

Compatriotas:

Desde el 10 de octubre de 1868 hasta hoy el pueblo de Cuba ha venido luchando por su independencia durante 137 años, frente al colonialismo español primero y a la política expansionista e imperialista de los gobernantes de Estados Unidos después.

Dentro de ese período, el primero de enero de 1959 alcanzamos por primera vez la plena soberanía política. El gobierno de la nación comenzó a ser ejercido plenamente por el propio pueblo cubano, que barrió la sangrienta tiranía impuesta desde el exterior. Desde entonces este noble y heroico pueblo no ha cesado de luchar un solo día defendiendo su derecho al desarrollo, la justicia, la paz y la libertad.

Por tan justa e irrenunciable aspiración, nuestro país ha sido objeto de la más prolongada guerra económica de la historia y de una incesante y feroz campaña de terrorismo que dura ya más de 45 años.

Uno de los primeros y más cruentos actos de esta índole fue la voladura del vapor La Coubre en el puerto de La Habana, que costó 101 vidas y centenares de heridos.

La invasión de Bahía de Cochinos el 17 de abril de 1961 por una fuerza militar organizada, entrenada y equipada por el gobierno de Estados Unidos, fue precedida por un ataque aéreo sorpresivo y traicionero, con aviones de bombardeo norteamericanos que portaban insignias de la Fuerza Aérea cubana. La tropa invasora se trasladó hasta nuestro territorio escoltada, custodiada y acompañada por unidades navales, aéreas y tropas de Estados Unidos que esperaban una cabeza de playa para desembarcar en poder de los mercenarios, para apoyar con la complicidad de la OEA un gobierno provisional que no tuvo ni siquiera tiempo para despegar de un aeropuerto en la Florida.

A su vez, desde los primeros años del triunfo, a lo largo y ancho del territorio nacional fueron diseminados grupos armados, que asesinaron a campesinos, obreros, maestros y alfabetizadores; quemaron viviendas y destruyeron centros agrícolas e industriales. Actos de sabotaje con fósforo vivo y explosivos se emplearon contra la población y la economía del país. Nuestros puertos, buques mercantes y pesqueros fueron objeto de constantes ataques. Instalaciones y personal diplomático en el exterior del país fueron víctimas de ataques con explosivos y armas de fuego. Funcionarios diplomáticos resultaron muertos, desaparecidos o mutilados. Aviones de pasajeros fueron hechos estallar antes del despegue o en pleno vuelo, como el de Barbados, el 6 de octubre de 1976, repleto de pasajeros, cuyos restos irrecuperables fueron a parar al fondo del mar, a cientos de metros de profundidad.

Enfermedades que afectaban ala vida de seres humanos, o la de animales domésticos y plantas destinadas al sustento del pueblo, fueron introducidas más de una vez en nuestro país.

Estas acciones fueron ideadas por los gobiernos y los servicios especiales de Estados Unidos, y sus autores entrenados por ellos.

El terrorismo en el más moderno y dramático concepto, con el apoyo de sofisticados medios técnicos y explosivos de gran potencia, fue creado y desarrollado por los propios gobernantes de Estados Unidos para destruir a nuestra Revolución, y no ha cesado un instante durante más de cuatro décadas, dentro y fuera de la Isla.

Orlando Bosch y Posada Carriles, los más sanguinarios exponentes del terrorismo imperialista contra nuestro pueblo, realizaron decenas de atroces acciones en numerosos países del hemisferio, incluido el territorio de Estados Unidos. Miles de cubanos perdieron la vida o quedaron mutilados como consecuencia de estas cobardes y abominables acciones.

Las mismas instituciones y servicios norteamericanos que entrenaron a los terroristas de origen cubano, entrenaron esmeradamente también, como es conocido, a los que organizaron el brutal ataque a las Torres Gemelas de Nueva York el 11 de septiembre del 2001, en el que varios miles de norteamericanos perdieron la vida.

Posada Carriles no solo participó junto a Orlando Bosch ?entonces jefe del CORU, organización creada por la CIA? en la destrucción del avión de Cubana, sino que después, durante muchos años, organizó decenas de planes de atentados contra la vida de los más altos dirigentes de la Revolución Cubana, e hizo estallar numerosas bombas en hoteles de turismo en Cuba, mientras Orlando Bosch, aparentemente prófugo de las autoridades norteamericanas, fue partícipe, junto a los cuerpos represivos de Augusto Pinochet, en el secuestro y el asesinato de importantes personalidades chilenas, como Carlos Prats y Orlando Letelier, o la desaparición de numerosos luchadores contra el fascismo en Chile, e incluso el secuestro y la muerte de diplomáticos cubanos. Desde la propia prisión en Venezuela ordenó a sus sicarios la realización de planes terroristas. Tan tenebrosos personajes actuaron siempre bajo las órdenes de los gobiernos y los servicios especiales de Estados Unidos, o eran (y han sido) ilegalmente exonerados de todo cargo y castigo, como es el caso del perdón otorgadodado a Bosch por el presidente George Bush (padre), o tolerada su presencia durante semanas enteras en territorio norteamericano, como ha hecho el actual Presidente de Estados Unidos con Posada Carriles, lo cual constituye una flagrante violación de las propias leyes del país por parte de quienes tienen la máxima responsabilidad de proteger al pueblo norteamericano de ataques terroristas.

Todos los actos terroristas de Posada Carriles, incluidos las bombas en los hoteles de turismo de La Habana y los planes de atentados, fueron financiados por los gobiernos de Estados Unidos a través de la tristemente célebre Fundación Nacional Cubano Americana, desde que fue creada por Reagan y Bush en 1981. Jamás se actuó con tanto engaño e hipocresía.

Esta no es una marcha contra el pueblo de Estados Unidos, como hemos dicho antes y lo reiteramos hoy; es una marcha contra el terrorismo, a favor de la vida y de la paz de nuestro pueblo y del pueblo hermano de Estados Unidos, en cuyos valores éticos confiamos.

¡Abajo el terrorismo! ¡Abajo las doctrinas y los métodos nazis! ¡Abajo el genocidio! ¡Abajo las mentiras! ¡Vivan la solidaridad, y la hermandad y la paz entre los pueblos! ¡Abajo las mentiras! ¡Viva la verdad! ¡Adelante, valientes soldados de nobles ideas, despreciando el temor, despreciando el inmenso poder del adversario, despreciando peligros, que la humanidad tiene ansias de justicia!

domingo, mayo 01, 2005

Discurso pronunciado en el acto por el Día Internacional del Trabajo efectuado en la Plaza de la Revolución el 1ro de mayo del 2005

Discurso pronunciado por el Presidente Fidel Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en el acto por el Día Internacional del Trabajo, efectuado en la Plaza de la Revolución el 1ro de Mayo de 2005, "Año de la Alternativa Bolivariana para las Américas"


(Versiones Taquigráficas-Consejo de Estado)

(Exclamaciones.)

Escuchen, escuchen, escuchen, resistir un poco más, que hoy, por suerte para ustedes, no seré muy extenso (Exclamaciones de: "¡No!"). La naturaleza nos ha ayudado, vean qué fresco y qué sombra, todo está a favor de nuestra noble causa.

Personalidades y luchadores de más de 60 naciones que comparten con nosotros este histórico Primero de Mayo;

Estimados delegados al IV Encuentro Hemisférico de Lucha contra el ALCA y por el ALBA;

Queridos compatriotas:

Frente al imperio más poderoso que ha existido en la historia de la humanidad, empeñado en destruir nuestra identidad como nación independiente en el pasado y más tarde una Revolución ineludible, aquí estamos, en esta gloriosa Plaza, después de 46 años de heroica lucha, contra la que se estrellaron sus más pérfidas calumnias y sus más groseros crímenes.

A 90 millas de esa potencia Cuba está cometiendo, y continuará cometiendo ―no lo dude nadie―, el pecado de existir.

Lucen cada vez más ridículas, bochornosas e impotentes las falacias de la guerra cibernética que presuntamente Cuba se preparaba para librar; la gran mentira de la fabricación de armas biológicas, en la que estuvo involucrado el iracundo John Bolton, cuya máscara cínica pretenden presentar ―tal vez con toda razón― como símbolo perfecto del actual gobierno de Estados Unidos ante las Naciones Unidas.

Fracasó su renovada guerra ideológica con la radio y la televisión anticubanas a la cabeza de un enjambre de emisoras subversivas con las que invadieron o trataron de invadir nuestro espacio radioelectrónico; el intento de aislar a Cuba en el ámbito internacional; la promoción de mercenarios holgazanes y su uso como caballos de Troya dentro del país; las groseras acciones de la Oficina de Intereses bajo la dirección de un provocador especialmente seleccionado e instruido para promover su expulsión con un merecido puntapié por el trasero; los propósitos de asfixiarnos con el recrudecimiento del criminal bloqueo económico, comercial y financiero.

Se fortalece, por el contrario, el crédito de Cuba, se amplían sus relaciones económicas internacionales y crece el comercio con productores agrícolas de Estados Unidos, a pesar de los numerosos obstáculos impuestos por el fraudulento y tramposo inquilino de la Casa Blanca.

Fracasó igualmente la maniobra para privar a nuestro país del uso del dólar, hoy expulsado deshonrosamente de nuestro territorio, y que en etapa muy dura del período especial, reinó como un Luis XIV de las monedas.

Todos sus proyectos de agresión contra nuestro pueblo han fracasado. Aquí estamos, reitero, más fuertes que nunca, más unidos que nunca, más decididos que nunca a llevar adelante la obra excepcional de creación de una sociedad más justa, más solidaria, más humana, más próspera, como tierra prometida ya al alcance visible de nuestras manos.

Entre tantas siniestras estrategias contra nuestra Patria, el gobierno norteamericano apeló al grosero recurso de incluir a Cuba en una espuria y cínica lista de países terroristas.

Esta misma semana que concluye hoy, el Departamento de Estado volvió a publicar su lista actualizada. De forma perversa y canallesca se afirma: "Cuba continuó oponiéndose activamente a la coalición liderada por los Estados Unidos, que ha llevado a cabo la guerra contra el terrorismo mundial."

¿Por qué Cuba tiene que seguir la dirección de un gobierno gángster y genocida?

Después del 11 de septiembre de 2001 y del acto atroz cometido en las Torres Gemelas, planificado y ejecutado por jefes fanáticos financieramente vinculados a la dinastía que hoy reina en la Casa Blanca, que fueron además entrenados y utilizados por los servicios especiales de Estados Unidos, la política del imperio se concentró en lo que calificó como cruzada mundial contra el terrorismo que inventado por ellos contra Cuba, Viet Nam y otros países, se había convertido en una tragedia mundial. Fue proclamada la doctrina nazi del ataque preventivo y sorpresivo contra "cualquier oscuro rincón del mundo". Se citaron grotescamente cifras de 60 o más Estados como posibles blancos ―y entre ellos, por supuesto, Cuba―, en cuya lista, como se vio, nuestro pueblo aparece en primer lugar entre posibles objetivos.

Nadie se extrañe de que, con el más profundo desprecio, utilicemos los más duros calificativos contra tan etílicas y demenciales amenazas.

Con aquel pretexto comenzaron las guerras supuestamente destinadas a combatir el terrorismo.

Cuba advirtió el mismo 11 de septiembre de 2001 lo disparatado de tal concepción y su advertencia de que las guerras no serían jamás la solución del problema.

Reportes de estos días del Centro contra el Terrorismo de los Estados Unidos reflejan que en el año 2004 hubo tres veces más actos terroristas significativos (651 frente a 175) que en el 2003.

Cuando el gobierno norteamericano lanzó la injustificada invasión de Iraq, esgrimió como pretexto una mentira consciente: la existencia de armas de destrucción masiva. En realidad se buscaba petróleo; se trataba de una grosera guerra de conquista. El hipócrita discurso de Bush de que el mundo es hoy más seguro que hace cuatro años ha sido aplastado bajo las dolorosas evidencias.

¿Qué credibilidad puede merecer el desvergonzado espantapájaros contra Cuba elaborado por el Departamento de Estado, que ha cometido además el error de colocar en primer lugar al país que menos temor le inspira y más puede desenmascarar sus despreciables mentiras?

Encima de ello, el gobierno de ese país comete la estupidez de afirmar que "lo más preocupante es que estos Estados (entre los que se incluye a Cuba en primer lugar) tienen la capacidad de fabricar armas de destrucción masiva y otras tecnologías desestabilizadoras que podrían caer en manos de los terroristas". Esto ocurre precisamente cuando John Bolton, el desquiciado autor de este engendro, está cuestionado por varios de los más importantes servicios de inteligencia de Estados Unidos, en los cuales se ensañó contra honestos funcionarios que tuvieron el valor de oponerse a sus depravadas e insostenibles mentiras. Importantes órganos de prensa, y lo que es más preocupante para la mafia extremista, belicista y genocida, los miembros de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado están asombrados de tan inaudita conducta.

Los objetivos siniestros de tales mentiras son conocidos. En adición a tal comportamiento histérico, el pasado viernes 29 de abril un cable informó que el muy ilustre Presidente de Estados Unidos acababa de ordenar al Departamento del Tesoro entregar una generosa cifra de fondos cubanos congelados para satisfacer otra demanda de la mafia extremista y terrorista cubanoamericana de Miami.

Lo verdaderamente incomprensible e inexplicable de esta conducta del gobierno de Estados Unidos es que publica el mencionado documento del Departamento de Estado en el momento en que la actual administración está envuelta —escúchese bien— en uno de los episodios más embarazosos y delicados de sus aventuras terroristas, sus agresiones y mentiras contra Cuba. ¿Serán estúpidos, o, mejor dicho, serán tan estúpidos?

El mundo entero sabe que Luis Posada Carriles, el más famoso y cruel terrorista del hemisferio occidental, como reconocen los más importantes órganos de prensa de esta región del planeta, ha ingresado en territorio norteamericano y solicitado asilo al gobierno de ese país, cuyos soldados están muriendo todos los días y cuyas bajas mortales ascienden ya a casi dos mil, en nombre de una guerra contra el terrorismo desatada a partir de los sucesos del 11 de septiembre de 2001.

Nuestros compatriotas, que han seguido de cerca este escándalo sin precedentes, saben bien a lo que me refiero. Muchos en este momento estarán preguntándose si la administración de George W. Bush ha dado a luz al monstruo que cargaba pesadamente en sus entrañas. Respuesta: el parto sigue retrasándose de forma increíble, a pesar de que el asunto puede poner en peligro tanto la salud de la madre como del hijo, y el número de parteros y de los que están poniendo las manos en el delicado asunto crece constantemente.

Como en los últimos tres días hemos estado consagrados a los convenios y documentos suscritos entre la República Bolivariana de Venezuela y Cuba, y de modo especial a los acontecimientos relacionados con la visita del líder de la Revolución Bolivariana, nuestro entrañable hermano Hugo Chávez Frías (Aplausos), y los históricos avances que en brevísimo período de tiempo estamos alcanzando en marcha rápida hacia la integración de los pueblos de América Latina y el Caribe, después de doscientos años de iniciadas sus luchas por la independencia, dominados y saqueados hasta hoy por el colonialismo y el imperialismo que los han conducido a una situación ya insostenible, no hemos podido ocuparnos de la trascendental situación creada por el retorno del monstruo al lugar donde lo engendraron y entrenaron para la larga serie de crímenes que ha cometido contra los pueblos de Cuba y otros países.

Hoy mismo, mientras por un lado se hablaba de aquel crimen cometido el 6 de octubre de 1976 en Barbados con la voladura del avión de pasajeros y la pérdida de más de 70 vidas; entre esa fecha y el día en que mataron al joven italiano en un hotel de la capital, habían transcurrido 20 años, lo cual significa 20 años de asesinatos, de crímenes cometidos por los gobiernos de Estados Unidos, utilizando mercenarios y utilizando terroristas de la calaña de Posada Carriles.

No pueden tampoco olvidarse más de 45 años de agresiones, invasiones mercenarias, ataques piratas, sabotajes, guerra sucia que, en medio de un atroz y despiadado bloqueo, han costado la vida de miles y miles de compatriotas, víctimas de esos actos de terrorismo. ¿Cómo puede el gobierno de Estados Unidos, y menos el actual, acusar a Cuba, la víctima, y ponerla en primer lugar en la lista de terroristas, cuando lo que debieran hacer es ponerla en el primer lugar de los países que han sido víctimas, durante casi medio siglo, del terrorismo imperialista (Exclamaciones).

Como llevamos casi 72 horas sin noticias del parto, procederé por ello de inmediato a ofrecerles lo más brevemente posible ―tomando en cuenta las circunstancias del tiempo y el esfuerzo realizado por ustedes en las últimas doce horas― las primicias de alguna de las últimas noticias recibidas:

El Nuevo Herald informó el 29 de abril que ante la solicitud de extradición presentada por Venezuela, los cómplices del terrorista se aprestaban a reforzar el equipo legal.

El conocido terrorista y cómplice de Posada Carriles, Santiago Álvarez declaró que "se está fortaleciendo la representación legal con abogados de diferentes procedencias".

Según el periódico, entre los abogados contratados para asistir al terrorista se encuentran Kendall Coffey, el ex fiscal de Miami que dirigió el siniestro equipo de abogados que intentó mantener secuestrado al niño Elián González, y Joaquín Chafardet, un abogado igualmente mafioso bien conocido en Venezuela, que representó antes a Posada durante el proceso en Caracas por la voladura del avión de Cubana, fuertemente asociado a Ricardo Koesling, representante de la Fundación Nacional Cubano Americana en Venezuela y uno de los promotores del asedio a la Embajada Cubana durante el efímero Golpe de Estado del 11 de abril de 2002 en la República Bolivariana de Venezuela.

Versiones que cita el periódico hablan de una posible comparecencia del "ilustre" Posada Carriles ante la prensa muy pronto.

Santiago Álvarez Fernández Magriñá, el mismísimo personaje que condujo a Luis Posada Carriles desde la Isla Mujeres a la ciudad de Miami entre el 16 y el 18 de marzo, es decir, hace ya 44 días, en entrevista que concedió ayer a un canal de televisión de Miami, dijo con absoluta desfachatez que Posada Carriles "está bien, está pintando, oyendo noticias y leyendo"; textualmente, a su vez, dijo con su lenguaje propio de sujeto ignorante e inculto que "es muy probable que en los próximos días sea llamado a Inmigración, y en cuanto se presente a Inmigración van a tener que verlo, que hablar con él." "En los próximos días se está preparando que él dé una entrevista limitada en cuanto los abogados lo consideren oportuno, para informar de ciertos puntos que necesitan respuesta" Realmente hay un millón de puntos que necesitan respuesta, ¿lo sabe usted bien, señor George W. Bush?

Según el Herald —que ustedes saben tienen muchas conexiones con la mafia, especialmente me refiero al llamado El Nuevo Herald— fuentes en la capital estadounidense aseguraron que la petición de asilo de Posada ha caído como "un cubo de hielo" en las altas esferas estadounidenses. "Ha creado mucha fricción política", dijo un alto funcionario que pidió el anonimato. "Es el peor momento en que podía suceder". Escuchen la frase de este funcionario: "Es el peor momento en que podía suceder".

Informaciones recibidas indican que la administración Bush no sabe cómo salir de este enredado y embarazoso problema. Tienen una bomba de tiempo en sus manos. A fuerza de jugar con el terrorismo, engendrarlo, apoyarlo y desarrollarlo, nada tiene de extraño que les haya caído una bomba de tiempo en las manos.

Se afirma igualmente que hasta la golpeada Fundación Nacional Cubano Americana, principal protectora y financista de Posada Carriles, en estrecha coordinación con los gobiernos de Estados Unidos, está preocupada porque este asunto pueda ensuciar aún más su malgastada imagen política, y a la vez temen que el terrorista les haga más exigencia porque conoce muchas cosas.

En círculos de prensa de Nueva York, por su parte, se comenta que el gobierno de Estados Unidos está realizando intensas gestiones con varios países centroamericanos para transferir secretamente al terrorista a cualquier país del área.

Se afirma, por otra parte, que el gobierno salvadoreño habría hecho saber al de Estados Unidos por diversas vías que no quiere a Posada Carriles en su país —todo el mundo sacándole el cuerpo al muerto, como ratones que huyen en medio de la tempestad—, y también que era poco probable que acepten al terrorista. El país de destino final dependerá de las presiones que ejerza el Departamento de Estado. Ya sabremos qué resultados obtuvo la distinguida dama que ocupa el cargo de Secretaria de Estado y que hoy recorre este hemisferio para abordar temas sobre democracia e ingobernabilidad o gobernabilidad en este hemisferio. Ni siquiera se han enterado de lo que está pasando, ni siquiera se dan cuenta de que en una semana, en una sola semana, tres gobiernos cayeron en graves crisis.

Los periodistas comentan que la denuncia cubana sobre este tema de Posada Carriles sorprendió a las autoridades de Estados Unidos, que conocen la sensibilidad del tema y han modificado cualquier intención inicial de aceptar a Posada en su territorio.

Aquí uno de los destacados oradores que me precedieron —fue Schafick— hablaba de la "papa caliente". Los cubanos saben bien lo que es una papa caliente acabada de sacar, tal vez de una olla de presión, que está encendida: quema las manos, quema los labios, quema la lengua, lo quema todo, y así andan, con una papa especial que no se quiere enfriar y, además, no la dejaremos enfriar (Aplausos).

En círculos políticos salvadoreños se comenta que para algunos dirigentes del gubernamental partido ARENA sería un problema no ayudar a Posada.

En ese contexto, el ex Ministro del Interior y empresario cafetalero Mario Acosta Oertel, "muy amigo de Posada y de la gente de Miami" sería la persona encargada de mover el tema del terrorista en El Salvador.

La esposa de Acosta es prima hermana del terrorista detenido en Cuba, Otto René Rodríguez Llerena.

Según periodistas de una importante cadena de televisión de los Estados Unidos, sus colegas en Miami dicen estar convencidos de que Posada Carriles se encuentra escondido en una casa en Florida.

Los reporteros de esa cadena en Miami consideran que el FBI sabe dónde se encuentra Posada y quién lo acompaña, y no descartan que entre las variantes que manejen para forzar su salida del país utilicen el procedimiento de acusar a la persona que le da refugio, y a las que le dieron entrada y, a las que le dieron permiso para entrar, y a las que saben cómo entró, dónde está y no dicen nada.

Afirman esos reporteros no comprender por qué el FBI no ha arrestado a Posada, pues el terrorista está señalado como fugitivo de la justicia venezolana por un gobierno anterior al del Presidente Chávez.

No obstante, expresan que tampoco podrían enviarlo a Venezuela porque el gobierno norteamericano está convencido de que sería como entregarlo a Cuba.

Vean qué sofisma. Precisamente Cuba, desde el primer momento, renunció a su derecho a juzgarlo, el más legítimo de todos, porque fueron sus hijos, en número elevadísimo, los que han sido víctimas de los crímenes de este monstruo, engendrado y entrenado en Estados Unidos y utilizado durante decenas de años. De lo contrario, ¿cómo podría explicarse todo, o cómo podría explicarse el chantaje desvergonzado a que tienen sometido al gobierno de la superpotencia más poderosa que ha existido jamás?

En la opinión de los reporteros, el FBI estaría evaluando cuidadosamente los escenarios a los que se exponen, y estiman que la administración Bush aún no ha decidido cómo enfrentar el caso —están realmente mudos, paralizados, desconcertados—, pero suponen que cuando Posada salga a la luz pública ya el FBI deberá tener listo un plan.

Periodistas en la televisión de Miami comentan que las principales cadenas de Estados Unidos están tras la pista de Posada y algunas de ellas están muy cerca de descubrir su paradero. Hay versiones de que está escondido en una residencia muy cara, valorada en unos tres millones de dólares, ubicada en un reparto exclusivo en las afueras de Miami. Allí será donde lee, escucha noticias y pinta, como un nuevo Picasso, allá en las covachas del imperio cuya política y cuyo ideal cultural, al menos de ese gobierno, es tener pintores con las manos manchadas de sangre y en el cerebro aquella afirmación bárbara: "Pusimos la bomba, ¿y qué?", o aquella en la que refiriéndose al joven italiano Fabio di Celmo acuñó aquella famosa frase: "Estaba en el lugar equivocado, en el momento equivocado." Ahora parece ser que tanto él como el gobierno de Estados Unidos o el Presidente de la actual administración están en el lugar equivocado, en el momento equivocado (Aplausos).

Y vean, lo que no han podido lograr los 180 000 hombres que trabajan en el Departamento de Seguridad, las 22 entidades que cooperan y participan en la lucha contra el terrorismo y la protección de la seguridad interior de Estados Unidos, ni las 15 agencias de inteligencia que cuentan con cientos de miles de millones de dólares de presupuesto; lo que ellos no han podido hacer ni han podido encontrar lo van a terminar haciendo y descubriendo los órganos de prensa norteamericanos.

También dicen que el FBI no está vigilando el área donde supuestamente se encuentra Posada, y que Eduardo Soto, abogado del terrorista, ha preferido ofrecer sus declaraciones y entrevistas públicas a la televisión hispana sin tomar en cuenta que en estos momentos Posada se ha convertido en un blanco priorizado de la mayoría de los canales de televisión del país, que comienzan a movilizarse en función de encontrarlo y filmarlo, y que si el FBI no lo descubre, la televisión lo hará.

En carta reciente el Senador republicano Norm Coleman confirma que el Departamento de Seguridad de la Patria de Estados Unidos ha recibido una solicitud de asilo a nombre de Posada Carriles.

Recuerden que hace unos días la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI) estaba indagando sobre el formulario donde se señala las obligaciones del abogado o quien sea que presente un documento de solicitud de asilo, y que las leyes sancionan con varios años de cárcel a los que violan esos requisitos. ¿Qué dirá la ley sobre aquellos que ostentando altos, e incluso, altísimos cargos son cómplices de ese ocultamiento, son cómplices de ese terrorista, tanto como para permitir o autorizar la entrada o, tal vez peor, que lo hubiesen entrado sin su consentimiento previo? Y hay ahí un gobierno paralizado durante mes y medio, incapaz de arrestar al terrorista y a todos los cómplices de menor cuantía, que desacataron las órdenes de las autoridades superiores.

Esta carta del Senador significa que por fin hay noticias de un documento celosamente guardado que hemos buscado con mucho interés en días recientes.

¿Qué dice textualmente esta carta?

"Estimado señor Hughes:

"Gracias por dedicar tiempo para contactarme en relación con el señor Luis Posada Carriles.

"Como usted conoce, el señor Carriles fue perdonado por la Presidenta panameña Mireya Moscoso el 26 de agosto de 2004. El abogado del señor Carriles ha alegado que este entró a Estados Unidos a través de México hace algunas semanas.

"Yo he compartido sus preocupaciones con el Departamento de Seguridad de la Patria (DHS)."

"DHS me ha confirmado que el abogado del señor Carriles ha presentado una solicitud de asilo para su cliente. Sin embargo, debido a los actos pasados de terrorismo que él tiene, los cuales él mismo ha admitido que planeó y llevó a cabo, Carriles no es elegible para asilo.

"DHS no puede confirmar que Posada Carriles haya entrado al país, pero ha alertado a las principales agencias encargadas de implementar la ley de su posible presencia." Si quiere saberlo, esa institución no tiene más que buscar a este señor Santiago Alvarez, el que lo llevó en el barquito de isla Mujeres a Miami. Eso no lo podrán desmentir jamás, tienen que tragarse eso que pudiera parecer una pesadilla, pero no es pesadilla, es una irrebatible e indestructible verdad. En cinco minutos podían haber investigado dónde estaba la criatura, que en aquel país las autoridades, los servicios especiales y el gobierno habían engendrado.

Continúa diciendo el senador: "...Si fuera encontrado, Carriles puede enfrentar una deportación inmediata de los Estados Unidos, por sus pasadas actividades terroristas."

"Gracias una vez más por haber dedicado tiempo a contactarme. Aprecio su consejo, y si yo pudiera ser de alguna utilidad para usted en el futuro, por favor, no vacile en contactarme de nuevo.

"Sinceramente,

"Norm Coleman

"Senado de los Estados Unidos."

Por lo que pueda apreciarse en los próximos días, nos esperan noticias de sumo interés. El gobierno de Estados Unidos, chantajeado por los propios cuervos que ha creado, no ha tenido el valor de aplicar el único recurso que le queda: arrestar de inmediato a Posada Carriles, cumplir las leyes nacionales e internacionales y ponerlo a disposición del tribunal venezolano que debe juzgarlo. Ya dije que Cuba renunció, precisamente, para que no tuvieran el menor pretexto.

Allí en Venezuela hay un gobierno bolivariano que goza de enorme prestigio en el mundo, el país se llena de periodistas cuantas veces quiera. ¿Habrá lugar mejor, ya que Cuba ha renunciado, para juzgarlo? ¿Qué pretexto pueden buscar ahora para no enviarlo allí?

Nosotros, incluso, hemos planteado que Venezuela tiene el mejor derecho; pero que hasta aceptaríamos un tribunal internacional, absolutamente imparcial, en un lugar en que las partes se pongan de acuerdo para que se juzgue a ese asesino. Y no es que se trate realmente de un personaje importante, lo importante del personaje es que revela al mundo la inmensa hipocresía, las mentiras, las inmoralidades y el cinismo con que el imperio mantiene sojuzgado al mundo. Lo importante es eso, no olvidarlo. El mundo exige que se juzgue la injusticia, el mundo exige que se juzgue la hipocresía, el mundo exige que se juzguen los métodos imperiales para engañar y dominar o mantener un dominio cada vez más insostenible sobre el mundo.

Prometí no extenderme demasiado, me falta solo agradecer a los que aquí han hablado (Aplausos).

Temíamos que el acto se prolongara. Sabemos que estamos en verano, que hace un sol fuerte, que ustedes comenzaron a movilizarse, los de la provincia vecina de La Habana, a las 10:00 de la noche y que a las 2:00 de la madrugada ya estaban moviéndose, para reunir a más de un millón trescientos mil ciudadanos que no pueden verse aquí, porque todos los espacios vacíos y todas las avenidas alrededor de esta Plaza estaban repletas de compatriotas.

Merecen ustedes el más infinito reconocimiento por su espíritu revolucionario y patriótico, por su apoyo a tan justa causa, por esa muestra de dignidad y de espíritu revolucionario; el silencio y la inconmovible atención con que han escuchado las palabras valientes, conmovedoras y elocuentes de todos los que por esta tribuna han desfilado en el día de hoy, para profundizar en nuestra información y en nuestros conocimientos de los horrores cometidos por el imperialismo yanki contra los pueblos de América Latina y cuyas palabras han fortalecido nuestra confianza y nuestra convicción de que nuestros pueblos serán libres y se unirán estrechamente para defender las mismas causas que defendemos aquí, con el mismo idioma con que ellos y otros hablaron aquí, incluso, los de lengua inglesa; porque al final, y no será difícil, y pensando también en aquel pueblo que en un tiempo inició sus luchas contra el colonialismo y en el que muchos de sus hijos murieron luchando contra el fascismo, se unirán a sus hermanos latinoamericanos en la lucha por la justicia, en la lucha por la verdad, en la lucha por la supervivencia de nuestra especie, que hoy está en juego.

Nunca olvidaremos este acto, nunca olvidaremos las palabras solidarias de nuestros hermanos del sur, del centro y del norte. El idioma no será un obstáculo, porque todos los que hablamos español o portugués aprenderemos inglés, y un día los que hablan inglés aprenderán el idioma de los latinoamericanos, español y portugués (Aplausos).

Como expresé recientemente y se ha tornado consigna principal de la movilización del actual Primero de Mayo: "…esta humanidad tiene ansias de justicia." Es lo que han demostrado ustedes aquí hoy (Aplausos y exclamaciones de: "¡Fidel, Fidel!")

Y al contemplar esta gigantesca, insuperable y emocionada multitud, recuerdo, como si fuera hoy aquel inolvidable 15 de octubre de 1976, el instante en que despedíamos a las víctimas del monstruoso sabotaje contra el avión cubano en Barbados, que me hizo exclamar: "¡Cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla!"

¡Ya veremos!

¡Viva el XXX Aniversario —que recordamos también hoy— de la gloriosa y ejemplar victoria del heroico pueblo de Viet Nam, que el imperialismo no debe olvidar nunca!

¡Patria o Muerte!

¡Venceremos!

(Ovación)